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Qui potest capere, capiat

Oda al Ron

Oda al Ron

Ebrio sin duda estoy, con quién estoy tomando? Con nadie, ¿por qué estoy tomando? No lo sé, todo me da vueltas simplemente.

 O grandioso ron, que me embriagas en mis momentos de soledad, pero, ¿estoy solo? No, todos duermen, soy el único despierto a las 6 de la mañana, con un vaso de ron con hielo, nadie conectado, nadie con quien hablar, nadie con quien desahogarme, me espera una fría y lúgubre cama, como desearía que alguien me esperara al momento de acostarme, pero no, estoy sólo, pensando en ella, ella, que quizás nunca se imagine que pienso en ella, a veces la gente no sabe cuanto puede llegar a ser querida o odiada…

 

Odiada, mmm. Me hace pensar esa palabra, ¿odio? ¿Yo odio? Pues claro que sí, pero, ¿a quién? No lo sé, sólo estoy enojado…

 

O grandioso ron, que me aleja de las distracciones mundanas y me da la posibilidad de pensar “claramente”, ya me harán efecto los sedantes y quedaré tranquilamente dormido.

 

Pero, porqué son las cosas como son? ¿ Son realmente así o es que en realidad estoy loco y en verdad estoy solo, pero mi mente juega a la familia, existe la familia, mí familia?

 

O Grandioso ron, que me dejas pensar, me liberas de las ataduras morales.

 

Ataduras morales? Ésta famosa dicotomía entre el bien y el mal, si ahora mato a mi familia que duerme mientras yo me embriago y pienso, inocentes de lo que ocurre bajo su propio techo, tal cual hace uno al dormir, se desconecta de este ingrato mundo al que no le importan tus problemas, la injusticia, la miseria, la drogadicción, los asaltos y robos, la gente que se muere de hambre, la caza y muerte de los animales, y todo ¿por qué?…

 

Entonces, existe el bien?, que es malo? Ser como debes ser? Y qué pasaría si rompo la regla, Dios me otorgó la libertad…

 

¿Libertad? O grandioso Ron, que me dejas pensar en la libertad sin tener que reprimirla de las enseñanzas de la niñez, de la forma en que hay que conformarse, Dios castigó a adán y Eva expulsándolos del paraíso porque comieron una manzana, manzana que les prohibió comer, ¿por qué los restringiste Dios, si era el paraíso? ¿Qué acaso en el paraíso, ese lugar idílico y utópico al que la mayoría aspira llegar al momento de fallecer también está regido por reglas? o ¿simplemente es un lugar bonito? Qué decepción.

 

Entonces, nada importa, paraíso o infierno, es lo mismo, o sufres o la pasas bien si te portas bien, en el día y la hora de la supervivencia, impera la bestia, si es necesario nos comeríamos a nosotros mismos, tal cual ya se ha hecho…

 

Si nada importa, ni la moral ni las leyes del hombre, lo haré, romperé las reglas, ¿quiero a mi familia? De partida, ¿la escogí? ¿decidí nacer?, no lo creo, sino más bien es la costumbre de que estuvieron siempre ahí, pero ahora que duermen, no están en ningún lado, porque estoy ebrio, sólo, y sin embargo comparto el mismo techo.

 

Lo haré, romperé la regla, que tal un poco de anarquía puto Dios, no quiero ser la marioneta de nadie y menos de un weón que no lo podemos ver, que está en todas partes, que tan sólo por insultarlo ya estás cometiendo pecado, a la CHUCHA!

 

Tomaré el martillo que tengo en mi pieza, los mataré a todos, si total, soy libre de hacerlo ya que no me importa la moral culiada que inventaron hace siglos, si Dios está en todas partes, pero mandó a su hijo a morir, significa lógicamente que yo también soy Dios, porque si el está en todas partes, está en mi, y tal cual él hizo con Jesús, yo lo haré con mi familia…

 

Tomé el maldito martillo, y fui hasta donde duerme mi madre, ahí está, roncando, inocente, como adán y eva, sin saber lo que le espera, lo siento mamí, pero debo hacerlo, destapada y desparramada en la cama, fue  fácil, un martillazo bien fuerte en la frente y listo, sangre y un cuerpo inerte, mi padre se despertó, un martillazo en la cara y un grito ahogado, el segundó lo remató, fue fácil, muertos yacen ambos,  pero ¿qué veo? A mi sobrino chico durmiendo con ellos, despierto, llorando silenciosamente, sin saber que ocurre…

 

No te preocupes, no te dolerá, levanté el martillo y nunca dejó de mirarme con sus aguados ojos, fue un golpe perfecto, sin ruido alguno mas que el de un golpe seco, ahí quedó, tirado, junto a mis padres, sangrando….

 

O grandioso ron, que me otorgas la valentía y la inmunidad a sentir algo más que placer por cometer lo que nadie cometería…

 

El turno fue de mi hermano, subí las escaleras, abrí la puerta, él se despertó y le dije:

 

“weón, algo pasó abajo, no sé que es, pero escuché aullidos quejumbrosos” … él se levantó rápidamente y apenas me dio la espalda, levanté el ensangrentado martillo que tenía oculto detrás de mi, y listo, un golpe seco en la nuca lo noqueo, pero se quedó retorciendo, lo miré un rato, no sé porqué disfruté de su dolor, pero tuve que terminarlo, el segundo martillazo hizo que dejara de moverse, aunque de todas formas quedó con una horrible expresión en el rostro…

 

Fue entonces, el turno de mi segundo hermano, este fue más fácil, no se despertó al abrir su puerta, estaba con mi cuñada, levanté el martillo y con algo de vuelo, se lo inserté en el cráneo, murió al instante, mi cuñada se despertó y un grito ensordecedor retumbó en toda la casa, y luego sollozando me dijo, ¿que haces? Y salió corriendo por el pasillo, corrí, pero era más veloz, al llegar a la escalera, le tiré el martillo y logré asestarle en la cabeza, rodó y quedó tiesa, en el último peldaño, de pronto, miro, y veo que mi hermana horrorizada, se había levantado por el ruido, paralizada estaba, me acerqué a ella, y la ahorqué con mis propias manos, sus manitas con un infructífero esfuerzo me golpeaban, hasta que lentamente dejó de moverse, cayó.

 

Una vez que toda mi familia estaba muerta, regresé a mi alcoba a tomar el resto de ron que me quedaba, en eso, los gatos de la casa, al sentirse solos, fueron a dormir a mi cama, los quedé mirando, sólo les hice un poco de cariño y respondieron con un tierno ronroneo. Las pastillas hicieron efecto, y me bajó un sueño impresionante, satisfecho de mi acto, me acosté con los gatos, y nada importaba, si total, si no hubiera hecho nada, de todas formas iría al infierno pues no soy practicante.

Lentamente me quedé dormido escuchando el ronroneo de los gatos.

 

Eso hubiese pasado en realidad, con el martillo en mano, me di cuenta, que no valía la pena matarlos, no le daría en el gusto a Dios, pero mi familia despertará mañana, sin saber, que pudieron haber muerto por un ebrio.Pero el efecto de las pastillas para dormir me vencieron antes de cualquier acto. 

Es gracioso, pero estás a punto de morir en cada instante, esa es la realidad, y lo que pase de ahí en adelante no lo sé con certeza, sólo supuestos.

 Nada más y nada menos.

 Oh bendito Ron.

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Nota del Autor (este  texto lo escribí ebrio en realidad, así que disculpen las faltas de ortografía y redacción)

2 comentarios

israel -

asi se hace xoro

que viva el ron, aunque es mas malo q la xuxa, en especial el de luka, pero weno...cada quien copn sus gustos o no?

Guillermo -

Que viva el ron, y que viva tu blog que, a pesar de estar repleto de faltas, no vale callampa. Es más, llega al punto máximo de pulentismo.


Pd: Rico apagón.